ORANIZACIÓN DE LAS IDEAS
1.
(Versos 1-34). Exposición
crítica de la “vieja España”
1.1.
(Versos 1-6) Exposición
crítica de la España contemporánea al poeta.
1.1.1.
Valores negativos: los toros y la religiosidad
represora como tópicos y tradiciones de
esa España.
1.1.2.
El deseo de que
esa España sea superada.
1.2.
( Versos 7-33) El
futuro inmediato como fruto de su pasado
1.2.1.
La dificultad
del cambio (de superar esa vieja España).
1.2.2.
Razones: el
fuerte arraigo de sus vicios y tradiciones. (La incultura, la incapacidad para
el diálogo, sus juergas…)
1.2.3.
Lamento por la
pervivencia de esta España “vieja”.
2.
La esperanza de
una futura España asentada en nuevos valores: joven, laboriosa, y
revolucionaria.
Texto poético escrito en una combinación de versos
heptasílabos y endecasílabos con rima consonante. El autor se aleja en “Campos
de Castilla” de la influencia de la versificación modernista mostrando,
como podemos comprobar, una predilección por formas poéticas más sencillas como
es, en este caso, la silva arromanzada, estrofa escogida por Machado
para volcar sus preocupaciones patrióticas.
La organización de las ideas ronda en torno a los
dos tipos de Españas que nos presenta el poeta: una negativa, despreciable,
caracterizada por la ausencia de valores que ocupa la mayoría del poema (desde el
comienzo hasta el v. 34); dentro de esta primera parte llama la atención los 6
primeros versos en los que, a modo de mínima introducción, el presente español
se muestra como bullicioso, juerguista y católico. A juicio del poeta es una
realidad que debe ser sepultada como indican los versos 5 y 6: “ha de tener
su mármol y su día/ su infalible mañana y su poeta”. La otra España es
positiva, abierta a la esperanza, laboriosa, intelectual y revolucionario que
aparece en el texto en los 8 últimos versos. Por lo tanto, la confrontación
entre las dos Españas, la actual y de futuro inmediato y la posterior, marcan
las dos partes que se encuentran y actúan como elementos antagónicos.
Otro modelo
En la
organización de la ideas del poema, se
podrían constituir tres partes: en los primeros 6 versos representa una España
sumida en los tópicos y ahogada por la religión que algún día habrá de
desaparecer (una España, por ejemplo, “de charanga y pandereta”, atenta sólo a
lo divertido e intrascendente; una España de “cerrado y sacristía”, es decir,
falsamente devota).
Una
segunda parte, comprendida entre el verso 7 y 33, donde Machado piensa que la España que venga
posteriormente no será mejor que la anterior porque todavía queda mucho tiempo
para que cambie, e insiste en algunos de sus vicios (“luengo parto de varones/
amantes de sagradas tradiciones/y de sagradas formas y maneras”).
Por
último, en la tercera parte, los últimos ocho versos, el poeta andaluz concluye
con que por fin, algún día llegará una España fuerte, nacida de la juventud y
revolucionaria, con ideas nuevas (“del cincel y de la maza”, esto es, del
trabajo y esfuerzo) que nos saque de esta España en crisis contemporánea del
poeta.
Por
tanto, este texto de Antonio Machado se puede decir que sigue una estructura de
contraste entre la vieja y la nueva España.
TEMA y RESUMEN
Posibles temas
Reflexión crítica sobre la historia y la realidad
social de España con objeto de denunciar los males que la han conducido a su
decadencia e infundir en los ciudadanos la confianza en su necesario progreso.
La contraposición de una España inmóvil y
conformista frente a otra España enérgica, vital y progresista.
El deseo regeneracionista cultural y social de
España proyectado en una España futura y nueva.
Resumen
España
es descrita desde el presente y proyectada hacia un doble futuro: uno es el más
inmediato entendido como prolongación del presente y detestado por el poeta; y
otro, el más lejano, esperanzador y comprometido. El presente de España y su
futuro inmediato atienden a lo más superfluo de la existencia humana: el
folclore, el vicio fácil o la fe irreflexiva. Es vislumbrado como tiempo
pasajero y está plagado de connotaciones negativas que el poeta rechaza
enérgicamente. El futuro posterior, sin embargo, es contemplado como la única
esperanza posible para que España progrese y se incorpore con la valentía y el esfuerzo
de sus gentes a otro estilo de vida menos resignado y miserable. Un futuro con
dignidad humana con el que el poeta se siente comprometido.
COMENTARIO CRÍTICO
Campos
de Castilla”, editada
por primera vez en 1912, poco antes de la muerte de su joven esposa Leonor. Son
muy variados los temas de las composiciones que se incluye en este poemario, en
concreto este texto se incorpora al grupo de poemas donde Machado demostró su
preocupación patriótica sobre el pasado, el presente y el futuro de España.
Abandonando quizás su tono más intimista patente en “Soledades”, en esta
segunda etapa de su trayectoria poética el sevillano entronca con la línea
regeneracionista y noventayochista propia de algunos de sus coetáneos como
Unamuno, Azorín o Baroja. En este poema en concreto el autor adopta una postura
muy revolucionaria y comprometida vislumbrando las consecuencias negativas de continuar
con la cerrazón al progreso y la modernidad.
En
los versos 7 hasta el 14 el futuro de la España contra el que Machado arremete
queda personificado en la figura de “un joven lechuzo y tarambana”.
Todas las palabras que emplea el poeta para caracterizar a este joven poseen connotaciones
negativas: “lechuzo, tarambana, sayón, especialista en vicio”. En
los diez versos siguientes, desde el 15 al 24, la visión se amplía y la
invectiva hacia la España caduca alcanza suma violencia. Para expresarlo
utiliza estructuras paralelísticas que complementan a esa “España
inferior”, que igual “ora y bosteza” “que ora y embiste”. Una España
a la que se le atribuyen de manera despectiva connotaciones anticlericales: “vieja,
tahúr, zaragatera, triste, amante de sagradas tradiciones y formas” donde
lo “sagrado” es interpretado con la ironía y la impotencia de la
contemplación de lo inmóvil, de lo intocable. Descubrimos también en estos
versos un tono satírico poco usual en Machado y que aparece con fuerza
al describir una España que sólo es capaz de engendrar hombres amantes de un catolicismo
vano y superficial: “florecerán las barbas apostólicas/ y otras calvas en
otras calaveras/ brillarán venerables y católicas”. La ironía y la crítica
mordaz hacia la fe folclórica, aparente y vacía se ponen de manifiesto en estos
versos al igual que en otras composiciones machadianas tan memorables como “La
saeta”.
Los
versos 25 y 27 desempeñan la función de repetición insistente del poeta sobre
ese futuro inmediato e irremediable pero deseado como algo pasajero; así la
exclamación “¡por ventura, pasajero!” intensifica una vez más esta
idea. Del mismo modo la repetición del “vacuo ayer dará un mañana hueco” que
aparece en el verso 29 no hace sino sintetizar dos pares de versos anteriores
(el 7 y 8; y el 25 y 26) construyendo así un quiasmo “vacuo/ huero;
ayer/mañana” donde la perspectiva de un futuro detestable se hace más
explícita si cabe.
A
través de una comparación desagradable, los cinco versos siguientes
recogen la sensación de rechazo que produce en el poeta el cuadro contemplado y
descrito anteriormente; para ello compara esa realidad con la imagen
caricaturesca del vómito de un borracho o las heces turbias sobre las montañas.
Hasta
aquí Machado nos presenta un futuro inmediato nada halagüeño que no desea para
España pero que, advierte con conciencia, es lo que le espera a nuestra patria
si no se produce un cambio urgente en la mentalidad de la sociedad: “aún
tendrán luengo parto de varones/ amantes de sagradas tradiciones”. Sin embargo,
a partir del verso 35 y coincidiendo con la segunda parte de la composición,
Machado introduce una conjunción coordinante adversativa “Mas…” con
la que inicia un talante distinto, regeneracionista, vislumbrando ya otro
futuro para España; su actitud progresista queda presente en estos últimos
versos donde el poeta pone la esperanza en el pueblo, en la España trabajadora,
laboriosa, intelectual y revolucionaria (“España de la rabia y de la idea”)
con la que sí se siente identificado el autor.
Posibles
conclusiones
-
Después de analizar el contenido de este texto se podría reflexionar si tendría
vigencia hoy en la sociedad actual, es decir, cabría preguntase qué futuro es
el que auguro para mi país, el negativo o el positivo, pero ¿qué podría hacer
la sociedad actual para conseguir ese mañana prometedor que dibuja Machado?,
¿ya ha existido?, ¿la democracia puede ser?, ¿es suficiente?, ¿acaso ahora hay
otra España pero debe seguir trabajándose otra mejor?
-
Por otra parte y pensando en el devenir histórico de nuestra patria, después
del que el poeta sevillano escribiera este texto fueron muchos los
acontecimientos negativos que se sucedieron como el turnismo político ineficaz
que se llevó a cabo bajo el reinado de Alfonos XIII y que desembocó en la dictadura
de Primo de Rivera. Aún así, Machado pudo ver realizado sus sueños de la otra
España que desea cuando se proclama el triunfo de la Segunda República en 1931.
Un sueño que se desvanecerá cuando en 1936 estalla la guerra civil española que
le obligó a exiliarse a Francia, país donde moriría poco tiempo después.
-
Podría comentarse el cambio de tono del poeta, ya no es un tono intimista como
en “Soledades”, ahora Machado abandona el “yo íntimo” y sus problemas
existenciales (la muerte, la fugacidad del tiempo, la melancolía) y toda la
simbología: el agua, la noria, la tarde, la fuente para volcar todas sus
inquietudes sobre un “tú” que no es otro que el que España y los españoles. El
Modernismo y su estilo grandilocuente y sensual ha quedado atrás y ha sido
sustituido por un estilo más sobrio y un léxico concreto plagado de palabras terruñeras:
“lechuzo, sayón, tarambana, zaragatera…” tan propio de otros escritores de la
Generación del 98. No obstante, es apreciable la abundancia de la adjetivación
a lo largo de todo el poema “España inferior, devota, implacable, redentora…”
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