A mis ya exalumnos de Bachillerato.
Si el futuro se construye sobre el pasado, aquí tenéis unas fotos que os ayudarán a conformar vuestro futuro.
Y Gracias por vuestra despedida.
Antonio
sábado, 31 de mayo de 2014
jueves, 29 de mayo de 2014
DESPEDIDAS
Puestas ya las notas de 2º de Bachillerato, llega el tiempo de las despedidas. Pedí en clase una carta de despedida para publicarla en el blog y aquí transcribo la de Fernando Criado, un alumno al que echaremos de menos en las clases, como a muchos. Su actitud, sus ideas, su mirada...
Pienso que esto que acabo de decir es la mejor respuesta que puedo dar a la pregunta siguiente: ¿Qué me ha aportado estar dos años en esta pequeña gran casa de locos? Soy consciente de lo que he obtenido a nivel académico. Por otro lado, a nadie se le escapa que soy una persona extremadamente reivindicativa. Sin embargo, prefiero centrarme en el lado humano. Hoy no es día para sacar la espada. Hoy esta carta la escribe mi alma.
Dos años... Sé que soy un novato aquí. Sé que muchos habéis crecido juntos y yo no soy más que una parada nocturna en vuestro camino. Mejor. Creo que por la noche es cuando los sentimientos verdaderos se desenvuelven con comodidad. Puesto que el resto del Universo está dormido, permitidme que os hable en voz baja, casi como en un susurro. En esta noche tan larga larga que hemos vivido, no me habéis dado motivos en ningún momento para irme a dormir. ¿Cómo irse a dormir cuando te enseñan que el mundo que te rodea es un inmenso océano de islas por descubrir? ¿Cómo irse a dormir cuando a cada minuto alguien puede hacerte estallar en carcajadas? ¿Cómo irse a dormir cuando alguien comparte los hobbies, locuras u obsesiones que has estado tanto tiempo cultivando sólo? ¿Cómo irse a dormir cuando sabes que en el fondo de aquellos, quienes no hace tanto eran unos completos desconocidos, hay cariño, respeto e incluso algo parecido al amor?
Me habéis hecho vivir un insomnio feliz... pero el Sol ya empieza a asomarse. No sé cuáles serán mis pasos siguientes cuando termine de amanecer y debáis continuar vuestro camino. Imagino que me tumbaré en la hierba a contemplar las nubes. No tengo prisa. Deberé asimilar todo lo vivido. Tendré la necesidad de asegurarme de que ésto no se pierda como un fugaz y borroso cuento sin contar. Es triste la realidad convertida en ilusión. Es dura la ilusión convertida en realidad.
Comienzan a materializarse las despedidas. Adiós maestros. Prefiero llamaros así, maestros, en el sentido más puro e íntegro de la palabra. He de decir que gracias a vosotros he aprendido que no todo lo blanco es blanco, ni todo lo negro impide dejar pasar la luz. He comprendido que el horizonte está lleno de matices, aristas, perspectivas, miradas y mensajes que pueden compartir la propiedad de una misma verdad. Me despido de vosotros usando aquello por lo que habéis luchado a fin de que la consiguiera: mi voz propia. Hasta siempre.
Ya sólo quedamos nosotros. Compañeros. Amigos. Quisiera asegurarme de que no os olvidáis nada.
No olvidéis vuestras cabezas. Usadlas siempre para no dejar que otras las invadan.
No olvidéis vuestras miradas. Ellas pueden salvar vidas. Ellas pueden robar el corazón a quien un día se cansó de usarlo.
No olvidéis vuestros labios. Besad a quien améis pero, sobre todo, besad a quien lo necesite.
No olvidéis vuestro corazón. Él da sentido a todo aquello que decidimos con nuestras cabezas.
No olvidéis vuestras piernas. Sólo con ellas se hace el camino.
Ya ha llegado el momento. El Rey Sol me consuela mientras os convertís en sombras a lo lejos. Comienza a oírse la voz del poeta, mientras a lo lejos alguien canta. Con una sonrisa melancólica y una pequeña lágrima en la arena, tan sólo puedo decir estas últimas palabras:
"Nunca fuimos héroes... ni nos hizo falta".
Para todos. Buen Camino en esta nueva etapa.
Antonio
DESPEDIDAS
"Me haces sentir menos sólo". No recuerdo si fueron estas las palabras exactas. Sin embargo, el corazón sí llega donde a la memoria le fallan las fuerzas. Soy capaz de recordar pulgada a pulgada el alivio que supuso, en un momento en el que sólo un alivio podía mostrarme el camino, la compañía de esa persona. Estas palabras abandonaron mi ser el Verano pasado. Estas palabras tenían como destino alguien perteneciente a este Instituto.
Me habéis hecho vivir un insomnio feliz... pero el Sol ya empieza a asomarse. No sé cuáles serán mis pasos siguientes cuando termine de amanecer y debáis continuar vuestro camino. Imagino que me tumbaré en la hierba a contemplar las nubes. No tengo prisa. Deberé asimilar todo lo vivido. Tendré la necesidad de asegurarme de que ésto no se pierda como un fugaz y borroso cuento sin contar. Es triste la realidad convertida en ilusión. Es dura la ilusión convertida en realidad.
Comienzan a materializarse las despedidas. Adiós maestros. Prefiero llamaros así, maestros, en el sentido más puro e íntegro de la palabra. He de decir que gracias a vosotros he aprendido que no todo lo blanco es blanco, ni todo lo negro impide dejar pasar la luz. He comprendido que el horizonte está lleno de matices, aristas, perspectivas, miradas y mensajes que pueden compartir la propiedad de una misma verdad. Me despido de vosotros usando aquello por lo que habéis luchado a fin de que la consiguiera: mi voz propia. Hasta siempre.
Ya sólo quedamos nosotros. Compañeros. Amigos. Quisiera asegurarme de que no os olvidáis nada.
No olvidéis vuestras cabezas. Usadlas siempre para no dejar que otras las invadan.
No olvidéis vuestras miradas. Ellas pueden salvar vidas. Ellas pueden robar el corazón a quien un día se cansó de usarlo.
No olvidéis vuestros labios. Besad a quien améis pero, sobre todo, besad a quien lo necesite.
No olvidéis vuestro corazón. Él da sentido a todo aquello que decidimos con nuestras cabezas.
No olvidéis vuestras piernas. Sólo con ellas se hace el camino.
Ya ha llegado el momento. El Rey Sol me consuela mientras os convertís en sombras a lo lejos. Comienza a oírse la voz del poeta, mientras a lo lejos alguien canta. Con una sonrisa melancólica y una pequeña lágrima en la arena, tan sólo puedo decir estas últimas palabras:
"Nunca fuimos héroes... ni nos hizo falta".
FERNANDO CRIADO GRANADOS. 2º de Bachillerato D.
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