martes, 11 de marzo de 2014

Comentario de texto. "El negro". Columna de Rosa Montero


EL NEGRO”

de Rosa Montero

TEMA
La necesidad de liberarnos de los prejuicios mantenidos contra la población inmigrante como personas inferiores a los europeos.
RESUMEN
Una universitaria alemana, en el comedor universitario, compra su bandeja y se sienta en una mesa. Allí, se da cuenta de que le faltan los cubiertos y regresa a por ellos. De vuelta en la mesa, encuentra a un chico negro comiendo de su bandeja. Ella se sorprende, pero piensa que tal vez el chico no tenía dinero para pagarse el almuerzo, y decide sentarse con él y compartir la comida: ambos comen de la bandeja. Al terminar, ella se levanta a por un café y se da cuenta de que en otra mesa está su comida intacta con su abrigo. Se dedica la historia a quienes siguen creyéndose más que los inmigrantes y los invita a liberarse de prejuicios para que no pasen la vergüenza que pasó la alemana.

ORGANIZACIÓN DE LA IDEAS
El texto se divide en dos partes y sigue la siguiente organización:
Primera parte, narración de una historia.
Planteamiento: situación inicial. Presentación de la alumna alemana y del espacio en que va a desarrollarse la acción: un comedor universitario.
Desarrollo del conflicto entre la alumna y el negro en torno a la misma bandeja de comida:
1.      La sorpresa de la joven al ver que el negro que está comiendo de su bandeja.
2.      La decisión de la chica alemana compartir la comida con él.
Desenlace de la historia:
1.      Reconocimiento del error: el momento en el que la chica alemana encuentra su abrigo y su bandeja intacta en una mesa vecina.
Segunda parte: reflexión y tesis de la autora. 
1.      Dedicatoria a todos los que consciente o inconscientemente mantienen duda sobre los inmigrantes.
2.      La necesidad de superar los prejuicios contra la población inmigrante.
La historia, como puede observarse, sigue una estructura clásica en la narración, un desarrollo lineal cronológico de los hechos (desde el inicio hasta el desenlace del conflicto): La chica pide su comida, la lleva a la mesa, se da cuenta de que no tiene los cubiertos y regresa a por ellos. De vuelta, encuentra al negro en su mesa, se sorprende pero decide compartir con él y ambos comen. Finalmente se da cuenta de su error.
Sin embargo, en el final del texto, se produce un cambio de tono y de narrador: la autora hace una reflexión de la anécdota anterior y plantea su tesis (tesis final): La necesidad de que superemos los prejuicios contra la población inmigrante.
El texto tiene, por tanto, una estructura inductiva pues parte de la narración de una anécdota concreta que utiliza como argumento hasta llegar a una idea general, la tesis final de la autora.

COMENTARIO CRÍTICO
Nos encontramos frente un texto periodístico, concretamente un artículo de opinión escrito en 2005 por la colaboradora del periódico El País, Rosa Montero. Se trata de un texto de carácter expositivo-argumentativo con elementos narrativos, que la autora utiliza como argumentos para defender su tesis. Además, está cargado de subjetividad, con la que se refleja el estilo propio de la autora, por lo que puede ser una columna periodística.
La tesis planteada es la importante necesidad de dejar de lado los prejuicios sociales contra las personas inmigrantes. Este es un tema que en la actualidad se muestra de forma evidente, y es una crítica al racismo aun latente en algunos españoles y a su sentimiento de superioridad frente a los extranjeros, principalmente los procedentes de África y Sudamérica.
Para defender esta tesis, utiliza una historia en la que queda claramente reflejada la prepotencia con la que la alemana reacciona al sentirse agredida, al ver al chico comiendo de su bandeja. Y luego, para mostrar su alto nivel de civilización, decide compartirla con el negro. Se refuerza, además, la educación del africano que la deja comer sin importar que la chica se estuviese equivocando y el agredido fuese él.
Se muestra entonces, el ridículo que pasa la chica creyéndose muy educada, al darse cuenta de que el educado es el “chicho negro, probablemente subsahariano” que la deja comer con él sin reclamarle nada.
En mi opinión y por experiencia propia, algunos españoles (los jóvenes, sobre todo) tienen inmerso un enorme prejuicio, que los hace creerse mejores que los inmigrantes y la raza más potente del universo. Yo, por ejemplo, he tenido que aguantar que me llamasen “SUDAQUITA” o “PANCHITA”, que me dijesen “VETE A TU PAIS, QUE LAS MUJERES DE ALLI SOLO SON PUTAS”, o que me tachasen de “NARCO” solo por proceder de un país diferente de España.
Es entonces cuando me pregunto: ¿Y si en el texto apareciesen los pensamientos del chico negro? Probablemente pensaría que la chica está loca o que quiere hacer la gracia. Porque ese sentimiento que los hace mostrarse superiores, no refleja más que la incapacidad de estos españoles para aceptar las diferencias y reconocer que en otros sitios del mundo, también hay buenas personas. Además, lo único que ganan con estas acciones es darles reputación al resto de los españoles de “ESPAÑOLETES PREPOTENTES” que es como se les ve en muchos países.
La autora denuncia la falta de solidaridad y de tratamiento igualitario, que se percibe en el país con la continua llegada de inmigrantes. En la actualidad, puedo destacar el conflicto constante en Melilla con los africanos que diariamente intentan cruzar a España, porque la ven como el país de las oportunidades; para ellos significa el paso a una vida mejor y para los españoles es la llegada de más negros. Cuando hablo de falta de solidaridad no me refiero a que tengan que aceptar a todo cuanto quiera venirse a España, sino a la forma en que son tratados muchos inmigrantes al pisar suelo español, con desprecio y prepotencia.
Muchos españoles miran por encima del hombro a personas de distinto color o con distintos rasgos, sin darse cuenta de que esas personas a las que ellos rechazan solo quieren tener una vida mejor; se olvidan de que una vez los españoles también fueron inmigrantes. Ese racismo, me hace pensar que si estuviésemos en tiempos de Hitler, muchos españoles hubiesen sido llevados a los campos de concentración junto con los judíos, solo por el hecho de no ser rubios de ojos azules o verdes, es decir, por no tener los rasgos de la raza aria.
Por tanto, la tesis no necesita más argumentos que la historia, que no nos deja duda de que a veces esas personas, que aparecen como incultas, son las más educadas y dignas de admiración y quienes nos dan grandes lecciones de vida.
Es importante y aclaro para que no se malentienda que son muchos los españoles que no son racistas ni insolidarios; gracias a Dios, estoy rodeada de excelentes personas que hacen que mi vida en España sea mejor a pesar de las dificultades. Son esas personas las que llevan en alto el nombre de España y los otros, los que tratan mal a los inmigrantes, deberían aprender de ellos.


Manuela Mesa

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