LUCES DE BOHEMIA - ESCENA UNDÉCIMA
EXPLIQUE
LAS IDEAS Y SU ORGANIZACIÓN
1.
Presentación de la acción y del ambiente tras la
manifestación.
1.1.
Llanto desgarrado
de la madre por la muerte de su hijo.
1.2. Causa: Muerte de
su hijo provocada por una bala perdida durante las protestas.
2.
Desarrollo: diferentes
puntos de pista sobre el dolor de la madre y la represión policial.
2.1
Puntos de vista comprensivos con la represión policial.
2.1.1 Presencia
en este punto de vista del retirado, el tabernero, el empeñista y la portera.
2.2
Punto de vista de rechazo a la represión policial contra el proletariado.
2.2.1
Presencia en este
punto de vista del albañil.
2.3
Dolor de Max ante la escena.
2.4
Creencia por parte de don Latino de que la madre está exagerando.
3.1 Descubrimiento del fusilamiento del preso catalán.
3.2 Desesperación de Max.
3.2.1. Desesperación ante la situación
de España.
3.2.2. Desesperación ante los comportamientos de los
personajes anteriores.
3.2.3. Deseos de suicidio.
En
la primera intervención de la madre se nos presenta el llanto de ésta ante la
muerte de su hijo, alcanzado por una bala perdida durante las protestas. A
continuación, se nos muestra intervenciones de distintos personajes, los cuales
muestran su punto de vista sobre la represión policial. La mayoría (retirado,
tabernero, empeñista y portera) se muestran comprensivos con la represión,
defendiendo la protección del comercio. Sólo el albañil considera que la
represión se ceba con los pobres. En las intervenciones de Max y Latino, vemos
que uno está afectado y el otro considera que la madre está exagerando. La
escena termina con el descubrimiento del fusilamiento del preso anarquista.
Max, en su última intervención, muestra su desesperación por España y los
comportamientos antes mostrados por el pueblo. Termina con deseos de suicidio desde el viaducto.
TEMA
Y RESUMEN.
TEMA.
Distintos
puntos de vista sobre la represión policial, culminado todo con el
descubrimiento del fusilamiento del preso catalán.
RESUMEN.
Una
madre llora por su hijo muerto por una bala perdida. Personajes discuten sobre
la represión policial. La mayoría la acepta y defiende al comercio. Max se
siente afectado. Sale a la luz el fusilamiento del preso anarquista. Max se
desespera por España y la actitud del pueblo, llegando a considerar el
suicidio.
COMENTARIO
CRÍTICO.
Nos
encontramos ante un texto dramático perteneciente a la obra “Luces de Bohemia”.
Se trata de la escena undécima, que marca el final del “cuerpo central” de la
obra: la peregrinación de Max por la noche madrileña. Esta obra fue escrita por
Ramón María del Vall-Inclán, dentro de la estética del esperpento. Una técnica que
consistía en deformar sistemáticamente la realidad para reflejar lo absurdo de
la vida española de la época. En el fragmento podemos ver plasmada la represión
policial del momento, en ese clima de confrontación entre el proletariado
obrero y el poder oficial. Se encuadra de este modo dentro de los autores de la
Generación del 98 y su preocupación por el tema de España.
En
este fragmento nos presenta a la madre del niño asesinado accidentalmente, unos
comerciantes, Max, Latino y un sereno. El único personaje que aparece retratado
de forma digna es la madre, mientras que los comerciantes aparecen deformados
con su insensibilidad a la situación, convirtiéndose en aliados del poder.
Latino también se muestra insensible de una forma grotesca, mientras que Max
siente un gran dolor, acrecentado por el descubrimiento de la muerte del
anarquista.
En
esta escena se critica la represión policial y el colaboracionismo de parte del
pueblo con ella. Como parte de esta represión, también aparece retratado el uso
de la ley de fugas, parte de la “guerra sucia” contra el sindicalismo y la
oposición obrera al régimen de la época. Las acotaciones ayudan a mostrar la
tensión y violencia del momento (“Descuella el grito ronco de la mujer”).
Valle-Inclán,
con todo esto, cumple perfectamente su objetivo: deformar a la España de la
época para mostrar su crítica. Vemos a los comerciantes y observamos una España
ruin, cobarde y colaboracionista. La España del “mientras no me pase a mi”,
“algo habrá hecho” y “hace falta que alguien imponga el orden”. Con la madre,
muestra a esa España cansada de la situación: la violencia, la represión, la
intolerancia, la sociopatía, el atraso y la brutalidad. Esa España que tanto
perdió y que tanta ira acumuló. La desesperación de Max, por otro lado, es la
desesperación de aquellos que veían la situación como irreversible. La
desesperación de ver a un país arruinado por la cara más oscura, de sentirse
fuera de lugar y no querer aceptar la situación. El asesinato del anarquista es
un símbolo de la destrucción de muchos de aquellos que lucharon por reparto más
justo de la riqueza. La destrucción de quienes estaban cansados de la
injusticia.
Entre
aquella situación y la actual media un abismo. No obstante, existen
paralelismos. La gente está cansada. Día tras día nos engañan, nos dicen que
estamos bien, que nos estamos recuperando y que sólo es necesario otro
esfuerzo. Nosotros, sin embargo, seguimos pobres, cansados y tristes. Se nos
está suicidando la gente y se nos está desahuciando, pero nosotros nos
preocupamos de fútbol, independencias, ex-presos que ya han cumplido sus
condenas y demás asuntos que no nos van a devolver la libertad ni nos van a
poner un plato en la mesa. ¿Acaso no somos colaboracionistas?
Estamos
desesperados. La educación y la sanidad se van a convertir en un lujo, las
mujeres están perdiendo sus derechos a una velocidad más rápida que el Jaguar
del marido de Ana Mato, nos está pidiendo esfuerzos un gobierno corrupto, se
está indultando a evasores fiscales, banqueros criminales son soltados mientras
se inhabilita a los jueces, los sectores radicales de la Iglesia están ganando
fuerza, siguen sin pagarse los crímenes del pasado... Mientras tanto, la
Monarquía hace lo que siempre hacen las monarquías: reírse de su pueblo.
Tenemos
razones para explotar. Sin embargo, la violencia jamás debe ser el camino. La
Plataforma de Afectados por la Hipoteca, Gamonal, la marea blanca y su reciente
éxito o la marea verde, por ejemplo, están mostrando el camino a seguir. El
pueblo tiene dos armas que debe usar: su número y el poder de la palabra “no”.
Mientras tanto, la realidad actual no necesita ser deformada. Ya es lo
suficientemente grotesca.
Fernando Criado. 2º de Bachillerato D
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